Corría el año 1902 cuando en el
Panteón Nacional de París, Alphonse
Berget junto a Camille Flammarion, instalaron e iniciaron el lanzamiento experimental
del Péndulo de Foucault. Precisamente ese día Guido Buffo estuvo presente y
quedó muy interesado ante esta experiencia. Muchas décadas más tarde instalaba
el primer péndulo en la Capilla Familiar de Villa Leonor y pocos años más tarde
en 1956 dos más convirtiéndola en una Estación tripendular.
Decía Buffo: “No me propuse al instalar el péndulo de Foucault en la Capilla
Familiar ocuparme de los sismos y menos aún de la probable posibilidad de
preanunciarlos…
ERA Y ES BIEN OTRA MI FINALIDAD,
CUYAS CONSECUENCIAS LLEGUEN TAL VEZ A UNA TRASCENDENCIA AÚN MÁS IMPORTANTE.
No sé si podré mantener en silencio lo que resulta de un profundo valor
desde el aspecto humano”…
Llegó a realizar más de 90000
comprobaciones científicas relacionando los sismos con perturbaciones
observadas con el péndulo de Foucault, había ideado y desarrollado el KAP
(kinesímetro azimutal pendular) y un sistema de medición y traslado de datos a
un mapamundi que le permitía preanunciar sismos con 48 y hasta con 92 horas de
anticipación. Su sistemática le llevó además a detectar todos los sismos por él
denominados no naturales o artificiales, hablando claramente de las llamadas
pruebas atómicas llevadas a cabo por los Estados Unidos (EEUU) y la por entonces llamada Unión de las Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS). En plena guerra fría la estación tripendular de
Unquillo auditaba cada una de las pruebas atómicas llevadas a cabo en cualquier
punto del planeta.
Llegó a publicar Buffo notas en
el desaparecido periódico Los Principios y en dos monografías: “Fenomenología
Pre-sísmica” y “Una nueva hipótesis acerca de la rotación terrestre”. Amplia
información en los libros: “Guido Buffo y
el Templo del péndulo”, “El manuscrito de los sueños” y “El templo de la transformación”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario