La reconstrucción de nuestro Faro Icosaedro, no es solo una proeza arquitectónica, sino también un símbolo de la resiliencia y la unidad de nuestra comunidad. Cada acero que se soldó, cada cristal que se pulió, lleva consigo la historia de un individuo que, con sus manos y corazón, contribuyó a erigir no solo una estructura, sino un faro de esperanza.
Este
proyecto ha demostrado que, cuando trabajamos juntos, no hay desafío demasiado
grande ni sueño demasiado lejano.
Con gran entusiasmo, deseamos resaltar la labor excepcional de nuestros colaboradores, cuya dedicación y esfuerzo hicieron posible la reconstrucción del emblemático Faro Icosaedro. Su generosidad no solo contribuyó a materializar esta obra, sino que también encendió la luz de la inspiración en nuestra comunidad.
El icosaedro, esa fascinante figura geométrica compuesta por veinte caras triangulares, ha sido finalmente construido en su forma completa. El anhelo de verlo coronando en la cima de la torre, resplandeciendo en todo su esplendor, está a punto de hacerse realidad. Sin embargo, aún queda un último paso crucial: diseñar una base de apoyo que permita sostener su estructura para luego colocarlo.
Este desafío requiere meticulosidad y precisión. Nuestro equipo está inmerso en la tarea de encontrar la base perfecta para el icosaedro. Para lograrlo, debemos realizar mediciones detalladas asegurándonos de que el encaje sea impecable. Es un proceso que combina la ciencia de la geometría con la creatividad de la ingeniería.
A través de entrevistas personales, hemos capturado la
esencia de la experiencia de quienes han sido parte de la Obra, la cual estamos ansiosos por compartir. Cada
testimonio es un relato de pasión y compromiso, reflejando el espíritu
colaborativo que ha guiado este proyecto hacia su brillante culminación. Las
entrevistas personales realizadas revelan más que meras anécdotas; son la voz
de nuestra gente, el reflejo de su alma. Al compartir estas experiencias, no
solo honramos su trabajo, sino que también permitimos que su luz brille y guíe
a otros.
ENREVISTA A KARINA
MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN
Eliane:
Como miembro de la fundación y gestora del proyecto “Un Faro para la
Humanidad”, ¿podrías compartir con nosotros la historia y la inspiración detrás
de la iniciativa de este proyecto?
Karina: Siento que la obra de Guido Buffo es una fuente de
Renacimiento, algo me impulsa como un mecanismo a restaurar su obra recreando
sus estudios, bocetos, ideas.
Comenzó en la
década del 90 con la investigación de su vida, donde tras tres libros
publicados (Guido Buffo y el templo del Péndulo, El Manuscrito de los Sueños y
Guido Buffo y el Templo de la Transformación); y se fortaleció en el 2016
cuando nace la Fundación Guido Buffo.
Este proyecto
despierta como los otros con un Sueño, en donde se va plasmando en letras,
dibujos, photoshop y se enfoca desde diferentes perspectivas, al irlo
visualizando, mi corazón acelera sus latidos de imaginar que pueda ser
materializado.
El
proyecto va tomando forma cuando se unen las fuerzas para llevarlo a cabo. Yo
creo que el Universo resuena por vibraciones y al entrar en
armonía con otros seres se ve que cada
músico hace sonar su instrumento para construir una melodía en unidad. Esto me
inspira, me da fuerzas y siento que Juntos Todo es Posible.
Eliane:
En el proceso de creación de “Un Faro para la Humanidad”, ¿cómo valorarías el
apoyo y la colaboración que recibiste? ¿Hubo algún momento particularmente
memorable?
Karina: El Amor incondicional, apoyo que siento desde el
Alma agradecer.
Al comienzo lo
iba a crear una persona, el presupuesto que nos paso era inalcanzable para la
Fundación. El momento memorable fue cuando por diferentes acontecimientos
fueron apareciendo las personas, y cada uno aportó sus capacidades y
herramientas, como gestor – motivador, diseñador industrial, materiales y
generosidad, aportes para adquirir elementos necesarios, traslados y así es una
obra creada por el SOMOS y no por UNO, se siente esa unidad entre los vértices
de las 20 caras del Icosaedro que refractan los rayos de sol desde diferentes
direcciones dando luz.
Valoro la paciencia, el tiempo, la entrega, la unidad, la sinfonía que se siente en esta obra, la oportunidad de ser parte, el estar aquí presente, la sincronicidad de todas las redes que tejen el Icosaedro, la vibración unísona, el cielo en la Tierra, el agua que nutre, la paz, la calma, la fuente de bendiciones, la alegría de compartir.
Eliane:
Hablando del equipo de la fundación, ¿cómo describirías la experiencia de
trabajar conjuntamente con ellos en el desarrollo del proyecto?
Karina: Siempre es una experiencia donde
se viven diferentes procesos y por ello es una Maestría a alcanzar. Hoy aún
estamos en el proceso y es divertido.
Eliane:
Para ti personalmente, ¿qué significado tiene el haber convertido en realidad
el proyecto “Un Faro para la Humanidad”?
Karina: Para mí es Calma y paz, se siente
una Misión cumplida. Inunda mi espíritu de quietud y eso es el paraíso
terrenal.
Eliane:
¿Qué esperas que el proyecto aporte a la comunidad?
Karina: Restaurar es Sanar de cierta forma, así es que estamos volviendo de alguna manera al origen de la obra. Para mí es un estado de Renacimiento desde el Amor Incondicional. Este es el aporte a la comunidad, que cada uno encuentre el sentido que busca para un bien mayor. Sanas Tu, Sano Yo, Sanamos Todos.
ENTREVISTA A MARIELA Y
ALEJANDRO:
Eliane: Entiendo que usted/es (su organización) tuvo el gesto de donar los cristales para la reconstrucción del faro icosaedro que la fundación Guido Buffo lleva adelante: “Con respecto a la donación de cristales para el proyecto Icosaedro, ¿qué valores o principios de su organización se vieron reflejados en este acto de generosidad?”
Mariela
y Alejandro:
conocimos a Karina y Gustavo en un evento q se realizó en el Castillo Monserrat
de Unquillo, organizado por la Fundación Guido Buffo en el cual la temática era
el amor incondicional. Ya conocíamos la Capilla de años anteriores, pero no así
a la Fundación. Desde ese momento surgieron una serie de "coincidencias"
que nos fueron acercando más a la Fundación.
Eliane:
“¿Podrían compartir cómo surgió la colaboración entre su organización y la
Fundación Guido Buffo para el proyecto icosaedro?”
Mariela y Alejandro:
En esa oportunidad nos comentan del Proyecto de reconstruir el Icosaedro que
estaba planificado en los dibujos de Guido y en la conversación surge la
necesidad de conseguir los vidrios para el mismo. Nosotros desde siempre hemos
estado ligados al vidrio, así que ahí surgió el ofrecimiento de colaborar en
todo lo que estuviera a nuestro alcance, y los vidrios por supuesto que eran
algo que estaba en nuestra posibilidad. Desde el principio admiramos tanto a
Karina como a Gustavo, llevando adelante la tarea de preservar semejante legado
y patrimonio. No creo que haya nadie que conozca, valore y ame el legado de
Guido, Leonor y Eleonora, como ellos. Para nosotros no solo es un placer
colaborar sino un honor que nos hayan invitado a formar parte de este Proyecto.
Eliane:
“¿Qué impacto esperan que tenga la reconstrucción del icosaedro en la comunidad
en general?”
Mariela
y Alejandro:
El icosaedro representa un faro para el mundo, un faro de valores y de amor
trascendental e incondicional. Eso creemos, eso esperamos, que sea un faro de
LUZ Y ESPERANZA para nuestra comunidad y para el mundo.
Eliane:
¿Qué representa para ustedes la Fundación Guido Buffo y cómo ven su rol en la
preservación del patrimonio cultural y natural?
Mariela
y Alejandro:
Desde el principio admiramos tanto a Karina como a Gustavo, llevando adelante
la tarea de preservar semejante legado y patrimonio. No creo que haya nadie que
conozca, valore y ame el legado de Guido, Leonor y Eleonora, como ellos.
ENTREVISTA A ROMÁN
DAGNA:
Eliane:
Sobre el proyecto icosaedro, que entiendo fue una obra de gran envergadura,
¿podrías describir cuál fue su rol específico y cómo contribuiste al éxito del
proyecto?
Román:
“Mi nombre es Román Dagna, soy músico y aparte de músico, también tengo una
actividad, muy a veces discontinua, pero en realidad tiene que ver con lo
laboral, soy vitralista también. Mi rol, básicamente es justamente la de
encastrar, soldar todas las piezas del prisma Icosaedro que va justamente
arriba del campanario, y que está digamos, en los planos de la capilla de Guido
Buffo, del cual yo no sabía honestamente que existía ese prisma por el cual
está en los planos. Incluso en la parte superior del campanario, hay como una
especie de estigio que ha habido algo porque tengo entendido que fue robado en
su momento el elemento que estaba en la punta del campanario, o sino nunca
estuvo o fue robado yo ese dato no lo tengo. Pero bueno el rol mío especifico
es ese, de armar un prisma de 20 caras biselado justamente para darle volúmen a
este objeto, previo a eso yo he realizado un prisma piloto en vidrio común para
ver cómo resulta, con qué tipo de cinta, cobre, plomos, estaños debería ir la
soldadura.”
Eliane:
¿Qué le motivó a involucrarte en el proyecto icosaedro y cómo descubriste esta
oportunidad de colaboración?
Román: “Mi motivación tiene que ver
básicamente con historia, historia del lugar, que bueno por ahí puede también
responder a las otra preguntas, pero básicamente Karina se contacta conmigo
justamente porque el vitro, digamos, el oficio del vitralista en Argentina y en
el mundo algo que es muy difícil de encontrar, es un oficio caro, muy costoso y
complejo, entonces hay pocos o pocas personas que se dedican en esto. En
Córdoba debemos ser 3 o 4 personas máximo, y están muy dedicadas a enseñar más que hacer, entonces es difícil. Se
contactan conmigo justamente porque tienen entendido que ese prisma tiene que
tener, de algún modo este tipo de resolución, hicieron una prueba piloto con
otras personas pero que no son vitralistas y como que bueno dijeron, no, para
hacer esto hay que saber soldar, hay que saber cortar o hay que saber hacer
esto o lo otro, entonces empiezan como que a buscar y me encuentran a través de
personas en común y es eso básicamente como llegan a mí y yo les dije que si,
porque en realidad yo vivo acá en Sierras Chicas hace 7 años y tengo como un acercamiento
con ese espacio, ese lugar y justamente a Gustavo y a Karina los conocía
simplemente por haber leído uno de sus libros, sus publicaciones hace muchos
años cuando estaba en Córdoba, entonces me pareció que era un llamado, así que
no dude ni un segundo en decirles que si, porque tiene que ver con un mundo que
para mí es muy complejo, siempre soñé incluso con la parte musical poder tener
alguna intervención en el espacio y de pronto el espacio siento que me llamo a
mí”.
Eliane:
Durante el desarrollo del proyecto, ¿con qué desafíos o complicaciones te
encontraste y cómo los superaste?
Román: Bueno las complicaciones tienen
que ver básicamente con el pensar en el como que todavía está ahí latente,
porque es un objeto que tiene veinte caras, es de vidrio biselado y que está en
la parte superior, en la superficie y va a quedar con un sistema de agarre que
están trabajando ahora un grupo de personas diseñando esa parte, mi misión era
encastrar, soldar los vidrios y armar el Icosaedro y la complejidad son propias
del elemento porque imagínate que yo quise impermeabilizar el objeto por dentro
y obviamente yo para poder a medida que se va cerrando me queda una cara uno de
los lados donde yo ingresaba, metía mi
mano para trabajar, y el último me queda sin impermeabilización, entonces es un
gran desafío a ver qué pasa con eso en realidad, el tiempo dirá como actúa este
objeto en relación a la inclemencia del tiempo básicamente y bueno es eso no
hay nada superado, esta todo por comprobarse.
Eliane:
¿Cómo fue tu experiencia al formar parte del equipo del proyecto icosaedro y
qué aprendizajes destacarías de esta colaboración?
Román: “En cuanto a la experiencia,
siento que somos un grupo de personas que por supuesto, de algún modo llegar a
este espacio, el mismo espacio, la magia, la historia, el amor, el cielo, los místico,
son un montón de cosas que a cada uno de algún modo lo va atrayendo, y no deja de ser un lugar realmente inspirador.
Cada uno creo que tiene un pequeño rol o grande, no soy quién para decir la
importancia del rol de cada uno, pero si somos como las mismas fuerzas se van
haciendo nosotros, somos esa parte de eso ¿no?, somos como la misma pieza del
encastre del Icosaedro en este caso, del objeto para sostenerlo de quien lleva,
quien trae, quien diseña y demás”.
Eliane:
En relación a Guido Buffo, ¿estás familiarizado con su obra y cómo influyó su
legado en tu enfoque hacia el proyecto?
Román: “Bueno, soy músico, soy artista digamos, tengo una fascinación muy grande por la pintura, amo, amo profundamente las pinturas, ya sea en murales, en cuadros, lienzo, de distintas técnicas, acuarelas, óleo, y bueno, creo que toda esa parte justamente artística de Buffo fue la que más me apasionó siempre, con todo los frescos que tiene adentro de la Capilla y soy un ferviente fanático por así decirlo, del arte religioso, no solo religioso, pero sí, me encanta el arte religioso, el arte religioso es toda la humanidad en todas sus expresiones, en la parte arquitectónica y en la musical, entonces tengo yo una gran colección de música, de objetos y bueno esto de algún modo lleva un poco a esto, así que a Guido Buffo lo considero un ser muy elevado, muy complejo que ha hecho y ha dejado una obra de amor increíble, dignísimo de ser conservado y por supuesto que trasciende a esto para el resto, para la humanidad básicamente”.
ENTREVISTA A JUAN
MANUEL MARGONARI:
Eliane:
Entiendo que fuiste un colaborador importante en este proyecto ¿Podría
describir tu participación en la construcción del icosaedro y cuál fue
exactamente su rol en este proyecto?
Juan: “Mi participación fue estar en el
proceso de interpretación y definición de la figura. Después fue acompañar en
la gestión de materiales para la realización. Y en la parte técnica, que fue un
proceso de entendimiento de la figura de icosaedro. Tanto en su matemática
numerológica, significativa y geométrica. Mediante La elaboración de maquetería
en papel, madera y vidrio para la definición de las dimensiones. Y por último
poder acercar ese entendimiento mediante una matriz a la persona que iba a ser
la encargada de soldar el sólido. Como también a la persona que se está
encargando de realizar la base que hace de vínculo del sólido con la capilla”.
Eliane:
Durante el desarrollo del icosaedro, ¿cuáles fueron los principales desafíos
que enfrentó y cómo los superó?
Juan: “Me resultó muy desafiante la
parte de cómo se lograría el cerramiento, mientras tanto todo lo que respecta a
la maquetería me fascinó, por eso fui construyendo y diseñando distintas partes
que unidas iban dando forma a la etapa que seguiría”
Eliane:
¿En cuanto a tu colaboración que fue de suma importancia en este proyecto lo
que colaboraste restaurando esta pieza importante tiene relación con tu carrera
profesional?
Juan: “Me desempeño como diseñador
industrial y participar en este proyecto en donde se fueron sumando varias
personas para ir dándole forma me pareció trabajar en equipo de igual manera en
que lo hago profesionalmente”
Eliane:
En cuanto a la Fundación Guido Buffo, ¿está familiarizado con los programas y
actividades que realizan? ¿Cuál es su opinión sobre el impacto de su trabajo en
la comunidad?
Juan: “Desde el momento que me llamó
Luis, un amigo, me explicó todo el proyecto y lo que la Fundación trabaja para
mantener ese lugar, es muy importante el rol de la Fundación en esa comunidad”
ENTREVISTA A GUSTAVO DIAZ:
Eliane:
Gustavo, como miembro activo de la Fundación Guido Buffo, ¿podrías compartir tu
experiencia personal y lo que representa para ti participar en el proyecto “Un
Faro para la Humanidad”?
Gustavo:
“El Proyecto Icosaedro es un paso más en recuperar o reinstaurar el legado de
Guido Buffo, es parte de la misión, visión y valores de la Fundación, va a ser
un antes y un después de la instalación del mismo. Por mi parte, la experiencia
que puedo relatarte es la de dar testimonio de lo que realmente es trabajar de
forma mancomunada y sumando esfuerzos, tejiendo una red invisible que con el
tiempo se va haciendo visible y van apareciendo personas excepcionales que
acompañan este camino y se unen a la cruzada”
Eliane:
En el contexto del proyecto, ¿qué simboliza para la Fundación y sus integrantes
ser parte de esta iniciativa?
Gustavo: “Es de una importancia tal, que a
veces no tomamos conciencia de lo que representa, el Icosaedro simboliza un
peldaño más, como los que están en la torre truncada, lleno de desafíos y
riesgos pero con el objetivo y la meta fijada en el horizonte como se observa
desde la altura de la misma, todos estamos comprometidos, y soñando el día en
que llegue a plasmarase”
Eliane:
¿Cómo fue tu proceso de integración a la Fundación Guido Buffo y qué te motivó
a unirte a este esfuerzo colectivo?
Gustavo: “Bueno, viene desde casi mi adolescencia, con Karina comenzamos a reconstruir la vida y obra de la familia Buffo – Allende, de allí surgieron tres libros, varios documentales en youtube, notas, artículos, etc. Una misión álmica, muchas veces incomprendida por quienes deberían actuar como custodios de ese lugar, porque son los que en definitiva tienen las posibilidades económicas de hacerlo. Eso nos llevó en el año 2016 a darle forma a una Institución como la Fundación para actuar en el lugar y comenzar a trabajar en el legado de Guido Buffo. Debo confesarte que la Fundación se moviliza muy a pulmón y gracias a la colaboración desinteresada de algunas personas que sienten ese llamado también”
Eliane:
Como participante clave en la fundación, ¿cuáles son los objetivos que esperas
alcanzar a través de tu involucramiento en “Un Faro para la Humanidad”?
Gustavo: “Considero que mi parte es la de
colaborar con el significado e interpretación del Icosaedro desde la geometría
sagrada, como un elemento dentro de los cinco sólidos platónicos que contienen
una fuerza y un significado que a partir de su colocación comenzará a
conocerse. En uno de los documentales mis palabras sonaban a utopía cuando
hablaba de los peregrinos que llegarían con el tiempo al Templo de la Transformación,
y comparaba el camino a la Capilla Buffo con el camino de los muertos en México
donde los hombres se convierten en dioses, el camino de Santiago, el camino de
los Incas, etc. Es darle trascendencia más allá de lo que se vive en la
cotidianeidad, es darle una impronta espiritual y mística que alimenta interiormente
y busca el despertar a una nueva realidad, al cambio y la transformación en la
mejor versión de nosotros mismos, de la misma manera en que Guido lo hacía en
el anfiteatro cuando acompañaba a que quienes asistían al Parque de Montaña de
Villa Leonor descubrieran sus dones y lo ofrecieran al mundo”
Eliane:
¿Qué impacto esperan generar en la comunidad y cómo planean medir el éxito del
proyecto?
Gustavo: “¿Qué es el éxito?, para mí, es
despertar cada mañana y agradecer a quienes nos acompañan en esa misión de
Vivir y a la vez poder acompañar a otros, ser un eslabón más fuerte cada día y
reforzar esa cadena llamada Humanidad, en la tarea que elija desempeñar,
siempre en coherencia con los valores. Y con respecto al impacto, considero que
es el de completar algo que faltaba en el lugar de acuerdo a lo que Guido había
realizado. Hoy por hoy, los frescos murales interiores están amenazados por
humedades que los están descascarando y en los cuales hay que tomar medidas
urgentes, pero esa es otra historia, ya que desde la Fundación no podemos intervenir,
no sólo porque las decisiones involucran a varios actores del lugar sino por
los fondos ya que la Fundación se halla actualmente en crisis, el slogan a
partir de este momento será a nivel global “Save the fundation”, porque soy
testigo de que en otros países las Fundaciones en lo cultural y artístico
reciben un fuerte apoyo tanto público como del ámbito privado para conservar y mantener obras que son parte de la
historia de la humanidad, como también debería serlo como patrimonio artístico
y cultural la Capilla Buffo”
Eliane:
¿Podrías explicar cómo se alinean los valores y la misión de la Fundación Guido
Buffo con los del proyecto “Un Faro para la Humanidad”?
Gustavo: “Están íntimamente entrelazados,
ya que en su momento Guido era una personalidad internacionalmente reconocida,
obviamente con las posibilidades de aquella época, hoy con las redes sociales
otra sería la historia, pero él era un adelantado, y lo demostró dejando ese
legado que comenzó a construir cuando se jubiló, es decir, que todo lo que nos
legó lo hizo a partir de sus 56 años, o sea, que es posible buscar nuevos
propósitos en la vida, más allá de los que vayas realizando en tu juventud. Y, estando
totalmente consciente de lo que hacía, donó todos sus bienes a la Nación
Argentina, para que continuaran con sus investigaciones y con sus diseños, es
decir, de una generosidad tal, que hoy no se encuentra. Desafortunadamente
todas las cláusulas de su donación no se cumplieron y los funcionarios públicos, tanto nacionales, como provinciales y municipales jamás se interesaron
por hacerlas cumplir”
Eliane:
¿De qué manera el legado de Guido Buffo inspira y guía las actividades y
objetivos del proyecto?
Gustavo: “El legado de Guido Buffo, más
allá de lo material, es en lo que respecta a nuestro Ser, a nuestro
autoconocimiento, a despertar del letargo del piloto automático y descubrir
nuestra mejor versión de nosotros mismos, identificar nuestro don o dones y ofrecerlo
al mundo, nuestro mundo, desde el amor incondicional y una espiritualidad
propia, la que cada uno posea, sin distinciones, ya que la verdad no es
patrimonio de nadie. De esa manera inspirar a otros a continuar el legado de
quien nos dejó un riquísimo patrimonio que hay que mantener y proteger para las
futuras generaciones”
ENTREVISTA
A SEBASTIÁN TOLEDO MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN:
Eliane:
“Entiendo que estás involucrado en el proyecto de restauración del Icosaedro.
¿Qué motivación te llevó a unirte a este esfuerzo?”
Sebastián: “yo creo que es la misma motivación que
me tiene unido a todo lo que es el universo y el mundo de Guido Buffo con la
Fundación, con la reserva y junto con los guías, todo lo que sucede digamos en
ese espacio, es algo que no es posible de expresarlo con palabras, porque se
siente realmente muy profundo, entonces, así como el
hecho de sentirme parte de ese lugar, creo que con ese proyecto sucedió algo
similar, así como en la mayoría de los proyectos que llevamos adelante en
equipo. Además de que el lugar generalmente funciona como una especie de
refugio para muchas personas, y como lugar de rencuentro que suelen frecuentar
para renovarse, para renovar energías, para volver a sentir eso que te
comentaba antes, porque no solamente los miembros de la fundación sino cada
persona que va siente algo distinto, y eso es lo lindo y hermoso de ese lugar y
ese espacio.”
Eliane:
“Me gustaría saber más sobre tu rol en el proyecto. ¿Podrías detallar las
actividades concretas en las que te encuentras enfocado en este momento?”
Sebastián:
“El rol que llevo adelante en ese proyecto actualmente, es que junto a mi papá
estamos diseñando lo que es la base donde se va a sostener el icosaedro, en la
cúspide de la torre de la Capilla, tenemos que ver cómo dejamos firme esa base
en la estructura para que luego el icosaedro pueda apoyarse sobre la misma.”
Eliane:
“¿Podrías indicarme cuál fue la fecha aproximada en la que el proyecto dio
inicio?”
Sebastián:
“La fecha aproximada cuando empieza el proyecto (según me
contaron) es a fines del 2021 principios del 2022,
donde fue tomando diferentes direcciones en cuanto se adquirieron
prismas de
cristales, vidrios facetados; hasta que
el 11 de noviembre del 2022 se decide crear la
pieza y allí se va formando un equipo interdisciplinario”
Eliane:
“¿Tuviste la oportunidad de participar en la elaboración de las maquetas para
el proyecto?”
Sebastián:
“No, en la elaboración de la maqueta de eso se encargó Juan”
Eliane:
¿Que desafíos han encontrado trabajando durante el desarrollo del proyecto?
Sebastián:
“En cuanto a desafíos que nos encontramos en este proyecto, fueron la
delicadeza con la que tenían que trabajar las piezas.Si bien fue todo
sincrónico, muy armónico como se fueron dando los encuentros con las personas y
con los materiales y demás, y al momento de realizar el trabajo, bueno, es muy
delicado, muy detallista. Por lo menos, en lo que a mí me concierne, a mi papá
y a mí, lo que es el diseño de la base, hay que tener en cuenta que estamos
dentro de un patrimonio cultural, por ende, debemos perturbar lo menos posible
el espacio en sí, entonces el hecho de diseñar una base que no necesite ser
amurada por así decirlo, o en la que no necesiten perforaciones en el material
es complicado y hay que rebuscárselas, pero bueno le terminamos encontrando la
vuelta.”
Eliane:
“¿Hay personas de tu círculo cercano que también estén colaborando en el
proyecto?”
Sebastián:
“Si, en este momento mi papá me acompaña en este proyecto, jamás me imaginé que
íbamos a realizar un proyecto juntos y menos que fuésemos los encargados de
desarrollar esta pieza que va a sostener al Icosaedro, digamos, que seamos una
especie de sostén simbólico de una pieza tan delicada y que represente tanto
¿no?, y es super importante para mí que él me pueda acompañar en este momento.”
Eliane:
“¿Qué sensaciones te produce ser parte de la reconstrucción y preservación del
legado cultural que Guido Buffo nos dejó?”
Sebastián:
“Es lo mismo que te decía antes, es algo que no sé si se puede explicar con
palabras, pero se siente, si alguna vez estuviste enamorada o estás enamorada y
esa sensación en el pecho y en el corazón…digamos que se te explote y se
expande y se vuelve gigante de repente es algo que siento cada vez que voy, es
algo que siento cada vez que subo e intento aferrarme a esas emociones, a esos
sentimientos cada vez que pueda y que puedo vivirlo"