domingo, 28 de julio de 2024

El Icosaedro: El Sueño se está haciendo Realidad - Entrevistas

La reconstrucción de nuestro Faro Icosaedro, no es solo una proeza arquitectónica, sino también un símbolo de la resiliencia y la unidad de nuestra comunidad. Cada acero que se soldó, cada cristal que se pulió, lleva consigo la historia de un individuo que, con sus manos y corazón, contribuyó a erigir no solo una estructura, sino un faro de esperanza.

Este proyecto ha demostrado que, cuando trabajamos juntos, no hay desafío demasiado grande ni sueño demasiado lejano.

Con gran entusiasmo, deseamos resaltar la labor excepcional de nuestros colaboradores, cuya dedicación y esfuerzo hicieron posible la reconstrucción del emblemático Faro Icosaedro. Su generosidad no solo contribuyó a materializar esta obra, sino que también encendió la luz de la inspiración en nuestra comunidad. 

El icosaedro, esa fascinante figura geométrica compuesta por veinte caras triangulares, ha sido finalmente construido en su forma completa. El anhelo de verlo coronando en la cima de la torre, resplandeciendo en todo su esplendor, está a punto de hacerse realidad. Sin embargo, aún queda un último paso crucial: diseñar una base de apoyo que permita sostener su estructura para luego colocarlo.

Este desafío requiere meticulosidad y precisión. Nuestro equipo está inmerso en la tarea de encontrar la base perfecta para el icosaedro. Para lograrlo, debemos realizar mediciones detalladas  asegurándonos de que el encaje sea impecable. Es un proceso que combina la ciencia de la geometría con la creatividad de la ingeniería.

A través de entrevistas personales, hemos capturado la esencia de la experiencia de quienes han sido parte de la Obra, la cual estamos ansiosos por compartir. Cada testimonio es un relato de pasión y compromiso, reflejando el espíritu colaborativo que ha guiado este proyecto hacia su brillante culminación. Las entrevistas personales realizadas revelan más que meras anécdotas; son la voz de nuestra gente, el reflejo de su alma. Al compartir estas experiencias, no solo honramos su trabajo, sino que también permitimos que su luz brille y guíe a otros.

ENREVISTA A KARINA MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN

Eliane: Como miembro de la fundación y gestora del proyecto “Un Faro para la Humanidad”, ¿podrías compartir con nosotros la historia y la inspiración detrás de la iniciativa de este proyecto?

Karina: Siento que la obra de Guido Buffo es una fuente de Renacimiento, algo me impulsa como un mecanismo a restaurar su obra recreando sus estudios, bocetos, ideas.

Comenzó en la década del 90 con la investigación de su vida, donde tras tres libros publicados (Guido Buffo y el templo del Péndulo, El Manuscrito de los Sueños y Guido Buffo y el Templo de la Transformación); y se fortaleció en el 2016 cuando nace la Fundación Guido Buffo.

Este proyecto despierta como los otros con un Sueño, en donde se va plasmando en letras, dibujos, photoshop y se enfoca desde diferentes perspectivas, al irlo visualizando, mi corazón acelera sus latidos de imaginar que pueda ser materializado.

El proyecto va tomando forma cuando se unen las fuerzas para llevarlo a cabo. Yo creo que el Universo resuena por vibraciones y al entrar en armonía con otros seres se ve que cada músico hace sonar su instrumento para construir una melodía en unidad. Esto me inspira, me da fuerzas y siento que Juntos Todo es Posible.

Eliane: En el proceso de creación de “Un Faro para la Humanidad”, ¿cómo valorarías el apoyo y la colaboración que recibiste? ¿Hubo algún momento particularmente memorable?

Karina: El Amor incondicional, apoyo que siento desde el Alma agradecer.

Al comienzo lo iba a crear una persona, el presupuesto que nos paso era inalcanzable para la Fundación. El momento memorable fue cuando por diferentes acontecimientos fueron apareciendo las personas, y cada uno aportó sus capacidades y herramientas, como gestor – motivador, diseñador industrial, materiales y generosidad, aportes para adquirir elementos necesarios, traslados y así es una obra creada por el SOMOS y no por UNO, se siente esa unidad entre los vértices de las 20 caras del Icosaedro que refractan los rayos de sol desde diferentes direcciones dando luz.

Valoro la paciencia, el tiempo, la entrega, la unidad, la sinfonía que se siente en esta obra, la oportunidad de ser parte, el estar aquí presente, la sincronicidad de todas las redes que tejen el Icosaedro, la vibración unísona, el cielo en la Tierra, el agua que nutre, la paz, la calma, la fuente de bendiciones, la alegría de compartir. 

Eliane: Hablando del equipo de la fundación, ¿cómo describirías la experiencia de trabajar conjuntamente con ellos en el desarrollo del proyecto?

Karina: Siempre es una experiencia donde se viven diferentes procesos y por ello es una Maestría a alcanzar. Hoy aún estamos en el proceso y es divertido.

Eliane: Para ti personalmente, ¿qué significado tiene el haber convertido en realidad el proyecto “Un Faro para la Humanidad”?

Karina: Para mí es Calma y paz, se siente una Misión cumplida. Inunda mi espíritu de quietud y eso es el paraíso terrenal.

Eliane: ¿Qué esperas que el proyecto aporte a la comunidad?

Karina: Restaurar es Sanar de cierta forma, así es que estamos volviendo de alguna manera al origen de la obra. Para mí es un estado de Renacimiento desde el Amor Incondicional. Este es el aporte a la comunidad, que cada uno encuentre el sentido que busca para un bien mayor. Sanas Tu, Sano Yo, Sanamos Todos.

 

ENTREVISTA A MARIELA Y ALEJANDRO:

Eliane: Entiendo que usted/es (su organización) tuvo el gesto de donar los cristales para la reconstrucción del faro icosaedro que la fundación Guido Buffo lleva adelante: “Con respecto a la donación de cristales para el proyecto Icosaedro, ¿qué valores o principios de su organización se vieron reflejados en este acto de generosidad?”

Mariela y Alejandro: conocimos a Karina y Gustavo en un evento q se realizó en el Castillo Monserrat de Unquillo, organizado por la Fundación Guido Buffo en el cual la temática era el amor incondicional. Ya conocíamos la Capilla de años anteriores, pero no así a la Fundación. Desde ese momento surgieron una serie de "coincidencias" que nos fueron acercando más a la Fundación.

Eliane: “¿Podrían compartir cómo surgió la colaboración entre su organización y la Fundación Guido Buffo para el proyecto icosaedro?”

Mariela y Alejandro: En esa oportunidad nos comentan del Proyecto de reconstruir el Icosaedro que estaba planificado en los dibujos de Guido y en la conversación surge la necesidad de conseguir los vidrios para el mismo. Nosotros desde siempre hemos estado ligados al vidrio, así que ahí surgió el ofrecimiento de colaborar en todo lo que estuviera a nuestro alcance, y los vidrios por supuesto que eran algo que estaba en nuestra posibilidad. Desde el principio admiramos tanto a Karina como a Gustavo, llevando adelante la tarea de preservar semejante legado y patrimonio. No creo que haya nadie que conozca, valore y ame el legado de Guido, Leonor y Eleonora, como ellos. Para nosotros no solo es un placer colaborar sino un honor que nos hayan invitado a formar parte de este Proyecto.

Eliane: “¿Qué impacto esperan que tenga la reconstrucción del icosaedro en la comunidad en general?”

Mariela y Alejandro: El icosaedro representa un faro para el mundo, un faro de valores y de amor trascendental e incondicional. Eso creemos, eso esperamos, que sea un faro de LUZ Y ESPERANZA para nuestra comunidad y para el mundo.

Eliane: ¿Qué representa para ustedes la Fundación Guido Buffo y cómo ven su rol en la preservación del patrimonio cultural y natural?

Mariela y Alejandro: Desde el principio admiramos tanto a Karina como a Gustavo, llevando adelante la tarea de preservar semejante legado y patrimonio. No creo que haya nadie que conozca, valore y ame el legado de Guido, Leonor y Eleonora, como ellos.

ENTREVISTA A ROMÁN DAGNA:

Eliane: Sobre el proyecto icosaedro, que entiendo fue una obra de gran envergadura, ¿podrías describir cuál fue su rol específico y cómo contribuiste al éxito del proyecto?

Román: “Mi nombre es Román Dagna, soy músico y aparte de músico, también tengo una actividad, muy a veces discontinua, pero en realidad tiene que ver con lo laboral, soy vitralista también. Mi rol, básicamente es justamente la de encastrar, soldar todas las piezas del prisma Icosaedro que va justamente arriba del campanario, y que está digamos, en los planos de la capilla de Guido Buffo, del cual yo no sabía honestamente que existía ese prisma por el cual está en los planos. Incluso en la parte superior del campanario, hay como una especie de estigio que ha habido algo porque tengo entendido que fue robado en su momento el elemento que estaba en la punta del campanario, o sino nunca estuvo o fue robado yo ese dato no lo tengo. Pero bueno el rol mío especifico es ese, de armar un prisma de 20 caras biselado justamente para darle volúmen a este objeto, previo a eso yo he realizado un prisma piloto en vidrio común para ver cómo resulta, con qué tipo de cinta, cobre, plomos, estaños debería ir la soldadura.”

Eliane: ¿Qué le motivó a involucrarte en el proyecto icosaedro y cómo descubriste esta oportunidad de colaboración?

Román: “Mi motivación tiene que ver básicamente con historia, historia del lugar, que bueno por ahí puede también responder a las otra preguntas, pero básicamente Karina se contacta conmigo justamente porque el vitro, digamos, el oficio del vitralista en Argentina y en el mundo algo que es muy difícil de encontrar, es un oficio caro, muy costoso y complejo, entonces hay pocos o pocas personas que se dedican en esto. En Córdoba debemos ser 3 o 4 personas máximo, y están muy dedicadas a enseñar  más que hacer, entonces es difícil. Se contactan conmigo justamente porque tienen entendido que ese prisma tiene que tener, de algún modo este tipo de resolución, hicieron una prueba piloto con otras personas pero que no son vitralistas y como que bueno dijeron, no, para hacer esto hay que saber soldar, hay que saber cortar o hay que saber hacer esto o lo otro, entonces empiezan como que a buscar y me encuentran a través de personas en común y es eso básicamente como llegan a mí y yo les dije que si, porque en realidad yo vivo acá en Sierras Chicas hace 7 años y tengo como un acercamiento con ese espacio, ese lugar y justamente a Gustavo y a Karina los conocía simplemente por haber leído uno de sus libros, sus publicaciones hace muchos años cuando estaba en Córdoba, entonces me pareció que era un llamado, así que no dude ni un segundo en decirles que si, porque tiene que ver con un mundo que para mí es muy complejo, siempre soñé incluso con la parte musical poder tener alguna intervención en el espacio y de pronto el espacio siento que me llamo a mí”.  

Eliane: Durante el desarrollo del proyecto, ¿con qué desafíos o complicaciones te encontraste y cómo los superaste?

Román: Bueno las complicaciones tienen que ver básicamente con el pensar en el como que todavía está ahí latente, porque es un objeto que tiene veinte caras, es de vidrio biselado y que está en la parte superior, en la superficie y va a quedar con un sistema de agarre que están trabajando ahora un grupo de personas diseñando esa parte, mi misión era encastrar, soldar los vidrios y armar el Icosaedro y la complejidad son propias del elemento porque imagínate que yo quise impermeabilizar el objeto por dentro y obviamente yo para poder a medida que se va cerrando me queda una cara uno de los lados donde yo ingresaba, metía  mi mano para trabajar, y el último me queda sin impermeabilización, entonces es un gran desafío a ver qué pasa con eso en realidad, el tiempo dirá como actúa este objeto en relación a la inclemencia del tiempo básicamente y bueno es eso no hay nada superado, esta todo por comprobarse.

Eliane: ¿Cómo fue tu experiencia al formar parte del equipo del proyecto icosaedro y qué aprendizajes destacarías de esta colaboración?

Román: “En cuanto a la experiencia, siento que somos un grupo de personas que por supuesto, de algún modo llegar a este espacio, el mismo espacio, la magia, la historia, el amor, el cielo, los místico, son un montón de cosas que a cada uno de algún modo lo va atrayendo, y  no deja de ser un lugar realmente inspirador. Cada uno creo que tiene un pequeño rol o grande, no soy quién para decir la importancia del rol de cada uno, pero si somos como las mismas fuerzas se van haciendo nosotros, somos esa parte de eso ¿no?, somos como la misma pieza del encastre del Icosaedro en este caso, del objeto para sostenerlo de quien lleva, quien trae, quien diseña y demás”.

Eliane: En relación a Guido Buffo, ¿estás familiarizado con su obra y cómo influyó su legado en tu enfoque hacia el proyecto?

Román: “Bueno, soy músico, soy artista digamos, tengo una fascinación muy grande por la pintura, amo, amo profundamente las pinturas, ya sea en murales, en cuadros, lienzo, de distintas técnicas, acuarelas, óleo, y bueno, creo que toda esa parte justamente artística de Buffo fue la que más me apasionó siempre, con todo los frescos que tiene adentro de la Capilla y soy un ferviente fanático por así decirlo, del arte religioso, no solo religioso, pero sí, me encanta el arte religioso, el arte religioso es toda la humanidad en todas sus expresiones, en la parte arquitectónica y en la musical, entonces tengo yo una gran colección de música, de objetos y bueno esto de algún modo lleva un poco a esto, así que a Guido Buffo lo considero un ser muy elevado, muy complejo que ha hecho y ha dejado una obra de amor increíble, dignísimo de ser conservado y por supuesto que trasciende a esto para el resto, para la humanidad básicamente”.

ENTREVISTA A JUAN MANUEL MARGONARI:

Eliane: Entiendo que fuiste un colaborador importante en este proyecto ¿Podría describir tu participación en la construcción del icosaedro y cuál fue exactamente su rol en este proyecto?

Juan: “Mi participación fue estar en el proceso de interpretación y definición de la figura. Después fue acompañar en la gestión de materiales para la realización. Y en la parte técnica, que fue un proceso de entendimiento de la figura de icosaedro. Tanto en su matemática numerológica, significativa y geométrica. Mediante La elaboración de maquetería en papel, madera y vidrio para la definición de las dimensiones. Y por último poder acercar ese entendimiento mediante una matriz a la persona que iba a ser la encargada de soldar el sólido. Como también a la persona que se está encargando de realizar la base que hace de vínculo del sólido con la capilla”.

Eliane: Durante el desarrollo del icosaedro, ¿cuáles fueron los principales desafíos que enfrentó y cómo los superó?

Juan: “Me resultó muy desafiante la parte de cómo se lograría el cerramiento, mientras tanto todo lo que respecta a la maquetería me fascinó, por eso fui construyendo y diseñando distintas partes que unidas iban dando forma a la etapa que seguiría”

Eliane: ¿En cuanto a tu colaboración que fue de suma importancia en este proyecto lo que colaboraste restaurando esta pieza importante tiene relación con tu carrera profesional?

Juan: “Me desempeño como diseñador industrial y participar en este proyecto en donde se fueron sumando varias personas para ir dándole forma me pareció trabajar en equipo de igual manera en que lo hago profesionalmente”

Eliane: En cuanto a la Fundación Guido Buffo, ¿está familiarizado con los programas y actividades que realizan? ¿Cuál es su opinión sobre el impacto de su trabajo en la comunidad?

Juan: “Desde el momento que me llamó Luis, un amigo, me explicó todo el proyecto y lo que la Fundación trabaja para mantener ese lugar, es muy importante el rol de la Fundación en esa comunidad” 

ENTREVISTA A GUSTAVO DIAZ:

Eliane: Gustavo, como miembro activo de la Fundación Guido Buffo, ¿podrías compartir tu experiencia personal y lo que representa para ti participar en el proyecto “Un Faro para la Humanidad”?

Gustavo: “El Proyecto Icosaedro es un paso más en recuperar o reinstaurar el legado de Guido Buffo, es parte de la misión, visión y valores de la Fundación, va a ser un antes y un después de la instalación del mismo. Por mi parte, la experiencia que puedo relatarte es la de dar testimonio de lo que realmente es trabajar de forma mancomunada y sumando esfuerzos, tejiendo una red invisible que con el tiempo se va haciendo visible y van apareciendo personas excepcionales que acompañan este camino y se unen a la cruzada”

Eliane: En el contexto del proyecto, ¿qué simboliza para la Fundación y sus integrantes ser parte de esta iniciativa? 

Gustavo: “Es de una importancia tal, que a veces no tomamos conciencia de lo que representa, el Icosaedro simboliza un peldaño más, como los que están en la torre truncada, lleno de desafíos y riesgos pero con el objetivo y la meta fijada en el horizonte como se observa desde la altura de la misma, todos estamos comprometidos, y soñando el día en que llegue a plasmarase”

Eliane: ¿Cómo fue tu proceso de integración a la Fundación Guido Buffo y qué te motivó a unirte a este esfuerzo colectivo?

Gustavo: “Bueno, viene desde casi mi adolescencia, con Karina comenzamos a reconstruir la vida y obra de la familia Buffo – Allende, de allí surgieron tres libros, varios documentales en youtube, notas, artículos, etc. Una misión álmica, muchas veces incomprendida por quienes deberían actuar como custodios de ese lugar, porque son los que en definitiva tienen las posibilidades económicas de hacerlo. Eso nos llevó en el año 2016 a darle forma a una Institución como la Fundación para actuar en el lugar y comenzar a trabajar en el legado de Guido Buffo. Debo confesarte que la Fundación se moviliza muy a pulmón y gracias a la colaboración desinteresada de algunas personas que sienten ese llamado también”

Eliane: Como participante clave en la fundación, ¿cuáles son los objetivos que esperas alcanzar a través de tu involucramiento en “Un Faro para la Humanidad”?

Gustavo: “Considero que mi parte es la de colaborar con el significado e interpretación del Icosaedro desde la geometría sagrada, como un elemento dentro de los cinco sólidos platónicos que contienen una fuerza y un significado que a partir de su colocación comenzará a conocerse. En uno de los documentales mis palabras sonaban a utopía cuando hablaba de los peregrinos que llegarían con el tiempo al Templo de la Transformación, y comparaba el camino a la Capilla Buffo con el camino de los muertos en México donde los hombres se convierten en dioses, el camino de Santiago, el camino de los Incas, etc. Es darle trascendencia más allá de lo que se vive en la cotidianeidad, es darle una impronta espiritual y mística que alimenta interiormente y busca el despertar a una nueva realidad, al cambio y la transformación en la mejor versión de nosotros mismos, de la misma manera en que Guido lo hacía en el anfiteatro cuando acompañaba a que quienes asistían al Parque de Montaña de Villa Leonor descubrieran sus dones y lo ofrecieran al mundo”

Eliane: ¿Qué impacto esperan generar en la comunidad y cómo planean medir el éxito del proyecto?

Gustavo: “¿Qué es el éxito?, para mí, es despertar cada mañana y agradecer a quienes nos acompañan en esa misión de Vivir y a la vez poder acompañar a otros, ser un eslabón más fuerte cada día y reforzar esa cadena llamada Humanidad, en la tarea que elija desempeñar, siempre en coherencia con los valores. Y con respecto al impacto, considero que es el de completar algo que faltaba en el lugar de acuerdo a lo que Guido había realizado. Hoy por hoy, los frescos murales interiores están amenazados por humedades que los están descascarando y en los cuales hay que tomar medidas urgentes, pero esa es otra historia, ya que desde la Fundación no podemos intervenir, no sólo porque las decisiones involucran a varios actores del lugar sino por los fondos ya que la Fundación se halla actualmente en crisis, el slogan a partir de este momento será a nivel global “Save the fundation”, porque soy testigo de que en otros países las Fundaciones en lo cultural y artístico reciben un fuerte apoyo tanto público como del ámbito privado para conservar y mantener obras que son parte de la historia de la humanidad, como también debería serlo como patrimonio artístico y cultural la Capilla Buffo”

Eliane: ¿Podrías explicar cómo se alinean los valores y la misión de la Fundación Guido Buffo con los del proyecto “Un Faro para la Humanidad”?

Gustavo: “Están íntimamente entrelazados, ya que en su momento Guido era una personalidad internacionalmente reconocida, obviamente con las posibilidades de aquella época, hoy con las redes sociales otra sería la historia, pero él era un adelantado, y lo demostró dejando ese legado que comenzó a construir cuando se jubiló, es decir, que todo lo que nos legó lo hizo a partir de sus 56 años, o sea, que es posible buscar nuevos propósitos en la vida, más allá de los que vayas realizando en tu juventud. Y, estando totalmente consciente de lo que hacía, donó todos sus bienes a la Nación Argentina, para que continuaran con sus investigaciones y con sus diseños, es decir, de una generosidad tal, que hoy no se encuentra. Desafortunadamente todas las cláusulas de su donación no se cumplieron y los funcionarios públicos, tanto nacionales, como provinciales y municipales jamás se interesaron por hacerlas cumplir”

Eliane: ¿De qué manera el legado de Guido Buffo inspira y guía las actividades y objetivos del proyecto?

Gustavo: “El legado de Guido Buffo, más allá de lo material, es en lo que respecta a nuestro Ser, a nuestro autoconocimiento, a despertar del letargo del piloto automático y descubrir nuestra mejor versión de nosotros mismos, identificar nuestro don o dones y ofrecerlo al mundo, nuestro mundo, desde el amor incondicional y una espiritualidad propia, la que cada uno posea, sin distinciones, ya que la verdad no es patrimonio de nadie. De esa manera inspirar a otros a continuar el legado de quien nos dejó un riquísimo patrimonio que hay que mantener y proteger para las futuras generaciones”

ENTREVISTA A SEBASTIÁN TOLEDO MIEMBRO DE LA FUNDACIÓN:

Eliane: “Entiendo que estás involucrado en el proyecto de restauración del Icosaedro. ¿Qué motivación te llevó a unirte a este esfuerzo?”

Sebastián: “yo creo que es la misma motivación que me tiene unido a todo lo que es el universo y el mundo de Guido Buffo con la Fundación, con la reserva y junto con los guías, todo lo que sucede digamos en ese espacio, es algo que no es posible de expresarlo con palabras, porque se siente realmente muy profundo,  entonces,  así como el hecho de sentirme parte de ese lugar, creo que con ese proyecto sucedió algo similar, así como en la mayoría de los proyectos que llevamos adelante en equipo. Además de que el lugar generalmente funciona como una especie de refugio para muchas personas, y como lugar de rencuentro que suelen frecuentar para renovarse, para renovar energías, para volver a sentir eso que te comentaba antes, porque no solamente los miembros de la fundación sino cada persona que va siente algo distinto, y eso es lo lindo y hermoso de ese lugar y ese espacio.”

Eliane: “Me gustaría saber más sobre tu rol en el proyecto. ¿Podrías detallar las actividades concretas en las que te encuentras enfocado en este momento?”

Sebastián: “El rol que llevo adelante en ese proyecto actualmente, es que junto a mi papá estamos diseñando lo que es la base donde se va a sostener el icosaedro, en la cúspide de la torre de la Capilla, tenemos que ver cómo dejamos firme esa base en la estructura para que luego el icosaedro pueda apoyarse sobre la misma.”

Eliane: “¿Podrías indicarme cuál fue la fecha aproximada en la que el proyecto dio inicio?”

Sebastián: “La fecha aproximada cuando empieza el proyecto (según me contaron)  es a fines del 2021 principios del 2022, donde  fue tomando diferentes direcciones en cuanto se adquirieron prismas  de cristales,  vidrios  facetados;  hasta  que el 11 de noviembre del 2022  se  decide  crear la pieza  y allí se va formando un equipo interdisciplinario”

Eliane: “¿Tuviste la oportunidad de participar en la elaboración de las maquetas para el proyecto?”

Sebastián: “No, en la elaboración de la maqueta de eso se encargó Juan”

Eliane: ¿Que desafíos han encontrado trabajando durante el desarrollo del proyecto?

Sebastián: “En cuanto a desafíos que nos encontramos en este proyecto, fueron la delicadeza con la que tenían que trabajar las piezas.Si bien fue todo sincrónico, muy armónico como se fueron dando los encuentros con las personas y con los materiales y demás, y al momento de realizar el trabajo, bueno, es muy delicado, muy detallista. Por lo menos, en lo que a mí me concierne, a mi papá y a mí, lo que es el diseño de la base, hay que tener en cuenta que estamos dentro de un patrimonio cultural, por ende, debemos perturbar lo menos posible el espacio en sí, entonces el hecho de diseñar una base que no necesite ser amurada por así decirlo, o en la que no necesiten perforaciones en el material es complicado y hay que rebuscárselas, pero bueno le terminamos encontrando la vuelta.”

Eliane: “¿Hay personas de tu círculo cercano que también estén colaborando en el proyecto?”

Sebastián: “Si, en este momento mi papá me acompaña en este proyecto, jamás me imaginé que íbamos a realizar un proyecto juntos y menos que fuésemos los encargados de desarrollar esta pieza que va a sostener al Icosaedro, digamos, que seamos una especie de sostén simbólico de una pieza tan delicada y que represente tanto ¿no?, y es super importante para mí que él me pueda acompañar en este momento.”

Eliane: “¿Qué sensaciones te produce ser parte de la reconstrucción y preservación del legado cultural que Guido Buffo nos dejó?”

Sebastián: “Es lo mismo que te decía antes, es algo que no sé si se puede explicar con palabras, pero se siente, si alguna vez estuviste enamorada o estás enamorada y esa sensación en el pecho y en el corazón…digamos que se te explote y se expande y se vuelve gigante de repente es algo que siento cada vez que voy, es algo que siento cada vez que subo e intento aferrarme a esas emociones, a esos sentimientos cada vez que pueda y que puedo vivirlo"

 



martes, 18 de junio de 2024

Icosaedro: Proyecto un faro para la humanidad

 

Fundamentación:

Reconstruir el prisma en forma de icosaedro es una forma de promover la educación y la conciencia sobre la importancia de nuestro patrimonio histórico y cultural, y su colocación es fundamental. Esto se puede lograr mediante programas educativos, visitas guiadas, exposiciones y actividades comunitarias. Al comprender el valor de nuestro legado, las personas estarán más motivadas para protegerlo y mantenerlo en buenas condiciones.

Invertir en la restauración y conservación de monumentos y edificios históricos es esencial. Esto implica realizar trabajos de mantenimiento regular, reparar daños causados por el tiempo y restaurar las estructuras a su estado original. La restauración no solo preserva la apariencia histórica, sino que también garantiza la conservación a largo plazo de estos tesoros artísticos para las generaciones futuras.                                                                                           Gracias a la restauración, se pueden revelar detalles y matices que antes no eran visibles. Esto permite a los visitantes apreciar aún más la belleza y la historia detrás de estas obras. Además de su valor cultural, el patrimonio histórico también tiene un significativo valor económico y turístico. Atrae a visitantes de todo el mundo.

Objetivo:

La Fundación Guido Buffo ha llevado a cabo el proyecto “Un faro para la humanidad” con el propósito de restaurar el prisma, revalorizar la cultura y la ancestralidad del agua como un elemento vital en nuestro planeta. Este proyecto combina ciencia, arte y educación para cultivar habilidades dentro de la comunidad. Su objetivo es impulsar la preservación y divulgación del legado artístico, científico y cultural del artista mediante la recuperación de sus obras originales. Es un esfuerzo valioso para conectar la creatividad y el conocimiento en beneficio de la sociedad y el medio ambiente.

El proyecto se implementa en las Sierras Chicas, Córdoba, Argentina, y tiene como propósito sensibilizar y concientizar sobre el valor cultural, ambiental, social y productivo del agua en el territorio.

Diseño y Planificación:

El paso crucial para implementar el proyecto fue  buscar en los bocetos encontrados y realizados por Guido Buffo, su forma y dimensiones, las cuales según datos recuperados brindadas, el icosaedro original se caracterizaba por tener veinte caras. Estas caras pueden ser de diferentes formas, pero en el caso del icosaedro según las investigaciones e informaciones que se encontraron en los bocetos, todas las caras son triángulos equiláteros iguales.

Elementos del Icosaedro:

Caras: El icosaedro tiene veinte caras, que son polígonos. En el caso del icosaedro regular, todas las caras son triángulos equiláteros iguales.

Aristas: Las aristas son los segmentos de línea que conectan los vértices del icosaedro. En un icosaedro regular, hay treinta aristas.

Vértices: Los vértices son los puntos donde se encuentran las aristas del icosaedro. En un icosaedro regular, hay doce vértices.

Ángulos Diedros: Los ángulos diedros son los ángulos formados por dos caras adyacentes en el icosaedro. En un icosaedro regular, todos los ángulos diedros son de 60 grados.

Ángulos Poliedros: Los ángulos poliedros son los ángulos formados por tres caras adyacentes en el icosaedro. En un icosaedro regular, todos los ángulos poliedros son de 120 grados.

Gestación del Proyecto:

Con ideas un poco más claras, pero con temor de no poder abastecer el costo, ya que el valor de la mano de obra para la reconstrucción del prisma excedía ampliamente los costos que podíamos cubrir debido a la situación económica del país.

Identificación de las necesidades y recursos:

Para afrontar los gastos, esta tarea se inicia con una campaña de llamado a la solidaridad, expresando la necesidad de ayuda y donativos, promoviendo su difusión en las redes sociales donde pasantes en práctica y miembros de la fundación editaron pedidos para así publicarlos

El 11 de noviembre de 2022 conocimos a Gabriel, un diseñador de objetos geométricos de vidrio. Lo invitamos a participar en un proyecto y, el 21 de diciembre, llevó sus obras a la Capilla para experimentar la refracción de la luz tanto en el interior como en el exterior. En esta ocasión, Nicolas, quien en ese momento era guardaparque de la Reserva Los Quebrachitos, nos acompañó y colaboró en la gestión de la escalera y los arneses para subir a la Torre con todas las medidas de seguridad.

Un Giro Inesperado: Después de una publicación en redes sociales, el 16 de septiembre Gabriel Luis Citcovich, un amigo al que hacía tiempo que no veíamos, se puso en contacto con nosotros. Gabriel se unió al proyecto e invitó a Juan Manuel Margonari, un diseñador gráfico.

Construcción y desarrollo: Juntos (Gabriel y Juan) comenzaron a realizar maquetas en su taller sin costo alguno, iniciando así la obra. Juan realizó tres maquetas de cartón con diferentes medidas para hacer pruebas sobre la Torre y ver cuál era la correcta; fueron junto con Viviana Parodi, Karina Rodríguez a medir las piezas de icosaedro viendo que la medida era la de 22 cm. Serían entonces 20 triángulos equiláteros de 11cm cada uno.                             

En el equinoccio de primavera, Edgardo Pujol, llega desde Buenos Aires y se suma a este proyecto, contribuyendo con los recursos necesarios para adquirir estaño y cobre destinados a la primera maqueta de vidrio. En ese momento, despierta aún más la esperanza continuando la labor, marcando el inicio de un nuevo ciclo de crecimiento y posibilidades

El 16 de septiembre, en el Castillo San Miguel de Unquillo, tuvo lugar una tertulia que marcó un hito en la colaboración y creatividad. Alejandro García y Mariela Castellano, ofrecieron su ayuda donando los vidrios necesarios para las maquetas y aquellos de mayor espesor que debían ser biselados. Estos materiales se convirtieron en la materia prima para una visión compartida.

El siguiente paso crucial fue el biselado, que requería precisión y dedicación. Se contactó a Martin Vetromile en Buenos Aires, y aunque el alto costo por pieza, que sumaba un total de 22, no fue un obstáculo insalvable. Las robustas piezas triangulares, viajaron hacia su destino. Gustavo Díaz, Vanina Gómez, Sandra Dillon, María Isolina, Viviana Parodi y otros colaboradores se unieron para financiar el biselado completo. Cristian Lezcano contribuyó con transporte a través de un Hércules de la Fuerza Aérea Argentina. Lo que parecía imposible se transformó en una realidad alegre y vibrante. Con la llegada de los vidrios biselados se comienza el trabajo más esperado.

Para armar cada pieza triangular, se requería de precisión,  profesionalismo y un equipo de soporte ya que una sola persona no podía con todo, por lo que Juan solicitó colaboración. Román Dagna, quien conoce la obra y ama el legado de Guido Buffo, ofreció su taller y experiencia en vitrales para continuar el proceso. Sin cobrar mano de obra, solo el costo de los materiales, Román y Juan se encontraron en un cálido día de verano, el 29 de febrero.  

El proceso de ensamblar las piezas de vidrio para crear el icosaedro fue, sin duda, un desafío que requirió habilidad y paciencia. Román, junto con la colaboración de Gustavo y Juan, se dedicaron a unir cada fragmento de vidrio con manos cuidadosas y ojos atentos en un primer intento que presagiaba el éxito de la empresa. El resultado final, un icosaedro con sus 20 caras, se convirtió en un símbolo de creatividad y trabajo en equipo.

Cada triángulo equilátero encajó perfectamente en su lugar, como si fueran piezas de un rompecabezas celestial. La luz, al atravesar el vidrio, se dispersó en patrones mágicos en todas direcciones, creando una experiencia visual fascinante.                                                                                                                 El hecho de que Román completara esta pieza entre Jueves Santo y Domingo de Resurrección le otorga un significado aún más profundo. Representa no solo la habilidad técnica, sino también la inspiración y la dedicación que se requieren para llevar a cabo un proyecto artístico de esta magnitud. ¡Un logro verdaderamente inspirador!

Presupuesto: fueron gastos de materiales y herramientas entre cartón para las primeras maquetas de prueba, pegamento, varillas de estaño, entre otros, el biselado de los vidrios. 

Donaciones: vidrios, transporte para el traslado de las piezas a biselar, manos de obra, donación en efectivo para cubrir gastos de biselados y materiales como estaño y cobre entre otras cosas.

Integrantes del proyecto: Miembros de la fundación, Karina Rodríguez, Sebastián Toledo. Colaboradores: Román Dagna, Juan Margonari, Gabriel Citcovich, Gustavo Diaz, Cristian Lezcano.

Conclusión: A pesar de que el proyecto parecía casi imposible al principio, gracias a las generosas ayudas y donaciones que recibimos, logramos concretar esta obra y darle el brillo y la apariencia que Guido había imaginado. Cada paso logrado y cada momento brindado representaron un crecimiento significativo para nuestra querida fundación. Fue notable el impulso con el que trabajamos para alcanzar nuestro objetivo.

Agradecimientos: a todos los colaboradores que de una u otra manera aportaron con su ayuda, en especial a Juan Manuel Margonari, Román Dagna, Claudio Toledo, Alejandro García, Mariela Castellano, Edgardo Pujol, Viviana Parodi, Cristian Lescano, Sebastián Toledo, Vannia Gómez, María Isolina Diaz, Luis Citcovich, Sandra Dillon, Karina Rodriguez, Gustavo Díaz y a todos aquellos que confiaron y apoyaron este Proyecto Icosaedro - restauración del Prisma de Guido Buffo.

Boceto realizado por Guido Buffo

El primer Icosaedro con triángulos sin biselar

Compartiendo la alegría de la llegada de los triángulos biselados

Juan y Román poniendo manos a la obra


 

 

miércoles, 1 de mayo de 2024

Preservando la historia escrita

 

Los libros, esos compañeros silenciosos que nos transportan a mundos lejanos, nos abren las puertas de la imaginación y nos permiten vivir mil vidas en una sola, a través de ellos podemos explorar innumerables aventuras, aprender sobre diferentes culturas y expandir nuestra comprensión del mundo.

Cuando abrimos un libro, nos sumergimos en sus páginas como si lo hiciéramos en un océano profundo. Las palabras fluyen como corrientes, llevándonos a vivir historias de amor, intriga, misterio y descubrimiento. Cada página es un tesoro, cada capítulo una nueva oportunidad para aprender, crecer y soñar.

Los libros son faros en la oscuridad, guías que nos muestran el camino cuando nos sentimos perdidos. Nos enseñan sobre la historia, la ciencia, la filosofía y la naturaleza humana. Nos inspiran a ser mejores, a cuestionar, a reflexionar y a buscar respuestas.

La lectura es un acto de amor hacia nosotros mismos. Es un regalo que nos damos para escapar del estrés diario, para desconectar del mundo y bucear en una realidad alternativa. Es un bálsamo para el alma, una fuente de consuelo y esperanza, Así que sigamos leyendo, explorando y descubriendo, es un tesoro que enriquece tanto nuestra mente como nuestro corazón.

Los libros nos enriquecen no sólo culturalmente sino también intelectualmente, fomenta el pensamiento crítico y nos motivan a escribir nuestras propias historias.

La Fundación Guido Buffo alberga libros cuyos autores fueron Leonor Allende, Leonor Buffo Allende y Guido Buffo. A pesar de que estos libros representan un valioso patrimonio cultural, su estado debido a su antigüedad y otros factores han sido deteriorados. Sin embargo, su lectura sigue siendo inspiradora y capaz de evocar emociones indescriptibles.

La Fundación Guido Buffo ha emprendido un proyecto de restauración para llevar a cabo esta noble tarea, se solicitaron ayuda y donaciones en las redes sociales, y afortunadamente llegaron, estos libros, escritos por nuestros queridos miembros de la familia Buffo, son un legado fundamental que debemos conservar. Así, podremos transmitir esta maravillosa obra a las generaciones futuras.

El camino hacia la restauración, fue liderado por Ana Carolina Britos, quien se ha dedicado con amor y pasión a la labor de restaurar estos libros. Su trabajo incluye la reparación de tapas, contratapas, manchas de tinta, humedad, arañazos, suciedad y hongos que con pinceles suaves, retirando el polvo y las partículas que se han acumulado durante años, es como darle un baño al libro, pero sin agua, cuidando las esquinas dobladas; son como pequeñas cicatrices que merecen respeto, Los libros fueron ingresados al laboratorio para ser reconstruidos en el mes de agosto de 2023 y estuvieron finalmente reparados en diciembre de ese mismo año. En cada letra restaurada, en cada página cuidadosamente tratada, late el corazón de quienes creyeron en la belleza de la acción. La creatividad y la pasión se funden en un abrazo eterno, como las piedras antiguas de la Capilla. Y así, la memoria de la familia Buffo sigue viva, sus palabras fluyendo como un río de luz en la oscuridad del tiempo.

Cada título restaurado es como una joya que dejaron una huella significativa en la cultura y el arte, ellos están siendo exhibidos en las vitrinas de la capilla

1- “Como la Flor del Aire”: Este libro, escrito por Leonor Buffo Allende, presenta una admirable encuadernación de cuero en color verde. Su título evoca una sensación de ligereza y belleza, como el aire mismo.

2- “Maravillosa Aurora”: Este libro, con escritos azules en sus tapas, también es parte del legado literario de Leonor Buffo Allende.

Su estilo y enfoque artístico pueden haber reflejado la belleza y la esperanza, como sugiere el título.

3- “El Misterio de Ur”: Este libro, de Leonor Allende de Buffo, con inscripciones en color negro, podría haber explorado temas intrigantes y biográficos. La referencia a “Ur” podría estar relacionada con la antigua ciudad sumeria o tener un significado simbólico.

4- “Lazos Invisibles” (autor: Guido Buffo): Este libro, con una tentadora encuadernación, podría haber explorado conexiones ocultas o metafísicas. Guido Buffo, esposo de Leonor, también dejó su marca en la cultura y el conocimiento.

5. “El Menhir de la Figura Coronada de El Mollar de Tafí”: Este libro, también de Guido Buffo, relacionado con la cultura estudiada por el autor, podría haber explorado la historia y la espiritualidad. El Menhir es un monumento megalítico, y su coronación podría haber sido un símbolo poderoso.

6- “La Educación Estética – El Dibujo como Expresión del Sentimiento, del Raciocinio y de la Imaginación”: Este libro, también de Guido, con una encuadernación de tela azul y tejuelos en dorado, habría explorado la relación entre arte, emoción y pensamiento, la educación estética es fundamental para apreciar la belleza y la creatividad.

Gracias a los colaboradores esta tarea pudo concretarse con sus donativos agradeciendo esta generosidad a: Pujol, Edgardo Herberto; Reggi, Dolores Irene; Gallardo, Miguel Ángel; Lupita Villegas, Ángel; Ceaglio, María Silvina; Ceaglio, Luis Guillermo; López Villagra, Alberto; Diaz M., María Isolina; Dillon, Sandra; Cecon, Emma Sofía; Cecon, Domingo; Cecina, Emma; Ariaudo Silvia; Castellano, María Eugenia;  Gomez, Vannia, Romano, Lorena Yanet; Bini, Adela Eugenia; Bisio, Nieves; Fernandez, Luis María; García, Laura; Moro, Ale; García, Alejandro; Ariaudo, Osvaldo José; Ariaudo Natalia.

Esta obra no hubiese sido posible sin ellos, es por eso que queremos dejarle esta hermosa frase que escribió nuestra querida Leonor Buffo Allende: “Corazón en las palabras, belleza en la acción”.

Texto en colaboración: Eliane Buchweis

Los libros exhibidos en una vitrina de la Capilla

Tapa de El Menhir
Flyer inicio de la Campaña de Restauración




El Latido del Menhir

 

El Menhir se alza como un monumento a la memoria de Guido Buffo. Su figura, réplica realizada (en base a una interpretación iconográfica de Guido Buffo), con esmero hace cuatro años (2019-2020), trasciende lo material. Es más que una piedra; es un símbolo de conexión y paz. Es maravilloso escuchar que la recreación ha traído tanta alegría y admiración, una columna de piedra, firme y antigua, que desafiaba al viento y al tiempo. Su origen se perdía en las brumas de la prehistoria, pero su presencia era innegable. 

Cada marca, cada surco, hablaba de un conocimiento olvidado...Buffo se sumergió en su estudio, desentrañando los secretos que yacían en la piedra.


Desde su presencia en Villa Leonor personas que visitan el lugar se detienen frente a él, como si sintieran una conexión inexplicable, atraídos por la magia que envuelve al Menhir, otros, admiran su majestuosidad, capturando su esencia en fotografías, obra que las manos de Noelia y José María, los escultores, tallaron su forma con reverencia como participes del proyecto que encaminó la fundación Guido Buffo.

En la celebración de los equinoccios y solsticios marcan momentos sagrados alrededor de su estructura con danzas, guiadas por Silvina, la facilitadora espiritual. El Menhir observa, testigo silencioso de rituales que trascienden el tiempo ondeando al ritmo de la energía ancestral.

Las piedras circundantes no son meros adornos, colocadas con una precisión que desafía el tiempo, encarnan la fortaleza y la protección, sirviendo como guardianes silenciosos de una herencia cultural. Estas piedras son también un recordatorio de la tenacidad y la continuidad de las lecciones que nos han legado.

Extendemos nuestra gratitud a los estudiantes en prácticas y a los jóvenes del Instituto Milenio, que participan con sus manos laboriosas manteniendo y protegiendo su estructura, asegurando que su influencia perdure y siga inspirando a futuras generaciones.

La Fundación, que celebra su octavo año de trabajo, mantiene viva la llama de este legado monumental. No solo como una creación maravillosa, sino como un faro de conocimiento y conexión con nuestras raíces ancestrales.

Texto en colaboración: Eliane Buchweis


Sombras y luces en el Menhir


El Menhir de Villa Leonor