domingo, 16 de octubre de 2016

Carta a mi madre en el infinito por Leonor Buffo Allende







Carta a mi madre en el infinito….

Madre, ¡quiero hablarte de tantas cosas!

Tres años ha que partiste, rumbo a lo desconocido, a lo que no se puede ver, ni comprender, ni siquiera imaginar…¿Cómo es todo aquello? ¡Si pudieras contarme!

Pero es inútil esforzarse en abrir las puertas de lo intangible.

He de imaginar que un cartero misterioso te llevará esta carta… Y después de todo ¿Por qué no? ¿Acaso el amor no es capaz de realizar lo imposible?

Madre: ¿sabes que cada día parece que te quisiera más?

Y es que, antes, ansiaba  y añoraba solamente la presencia tuya, tus caricias, tu ternura, y ahora añoro lo que menos conocí de ti: tu vida interior, tu mundo espiritual.

Quisiera preguntarte tantas cosas…

Tú sabes cómo está llena de “porqués” la vida, tú sabes cómo se anhela y se sufre por ellos…

¿En qué creías tú? ¿Cuál era tu ideal?

Quisiera ser la continuación viviente de lo que fuiste. Quisiera realizar tus aspiraciones. Porque  yo tengo toda una vida por delante. Toda mi juventud y toda mi fuerza pronta para la acción, y te conocí noble como pocas.

Mi padre me habla de ti como algo maravilloso…

A veces me da rabia de esta impotencia de los vivos contra la muerte. ¡Si siquiera pudiéramos luchar! ¡Y no es que yo desee vivir más de lo prefijado por el Destino, sino que me parece cobarde eso de entregarse así nomás, fatalmente.

Dirás que me he vuelto orgullosa y altanera. Si, y por ti.

Si me vuelvo contra el destino, es porque ciego y cruel te quito  de mi lado. ¡Que me importa lo que haga con mi existencia!

¡Pero a ti no debió tocarte!

Hay cosas realmente incomprensibles en la vida.

 ¿Por qué ese misterio constante que a la vez nos aplasta y nos incita?

¿Por qué ese jugar del destino con nuestro dolor y nuestra alegría, ya desengañándonos el corazón, ya llenándolo de plenitud  y de belleza? …

Madre estoy llena de indecisión: ¿Qué camino debo tomar?

¿Por qué rumbo dirigiré mi vida?

¡Hay tantas cosas, nobles, bellas y grandes para hacer en el mundo!   

Ni una ni dos vidas, me alcanzarían para realizar todo lo que yo quiero.

Debo, pues, reducir y concretar mis ideales para hacerlos posibles.

Debo, por así decirlo, ponerlos dentro de la posibilidad de realización, según lo probable de años que haya de vivir, claro está, descontando el factor desconocido de las sorpresas que nos depara la vida.

¿Pero cómo? ¿Y si me equivoco al separar las cosas que he de hacer de las que no he de hacer?

¡Si supieras lo que ha de ocurrirme en el futuro!

Madre, estoy llena de inquietud…

Voy a recordar cómo eras conmigo en mis primeros años. Tal vez encuentre en aquellos felices tiempos que pasaron, la luz necesaria para alumbrar el camino.

Me condujisteis siempre por la senda del amor. Me enseñaste a amar los seres y las cosas todas que me rodeaban:

En nuestra casita del campo de Córdoba, “nuestro nidito”, o “nuestro rancho” como tú  o papá solían  llamarla, la vida corría apacible y serena.

Jamás vi perturbada la armonía del hogar. Todo era allí bueno, amable, pleno de sana alegría, como los días de sol y el aire purísimo delas sierras…  

Un hálito de ternura lo envolvía todo. Hasta las cosas más humildes daban testimonio de ello. En el cántaro de barro, donde el agua del manantial en los días calurosos, había esta inscripción puesta por la mano de mi padre: “Para la hermana agua”. Y debajo, las iniciales de nuestros tres nombres, unidos e inseparables como nuestros tres corazones…

Y así todo.

Cuántas veces habré besado las flores de nuestro jardín impulsada por esa dulcísima ternura.

Las veía bellas, me encantaban, y así simplemente, como si me comprendiesen les demostraba simpatía y admiración…

¿Te acuerdas, madre, cuánto te rogaba porque me pillaras mariposas?

Las tomaba de las alas con delicadeza exquisita, y las ponía entre las manos y, ante mis ojos asombrados, con la condición de no tocarlas mucho y soltarlas enseguida…

Yo te preguntaba por qué, anhelaba jugar con ellas largo rato.

Me respondiste: “Suponte que viniese un gigante y me arrebatase para siempre de tu lado por puro placer y curiosidad. ¿Te gustaría?”.

Y la pregunta aquella no volvió a salir de mis labios nunca más.

Temblaba sólo al imaginarme destrozando el hogar de la mariposa…

Así aprendí a respetar por cariño y por convicción la libertad de los seres que me rodeaban, aunque yo pudiera pasar fácilmente sobre ella sin que nadie me recriminase.

Más aún, aunque debiera sacrificar mis deseos, en honor a ella.

¡Esta es una norma de vida! ¡Y ahora la comprendo perfectamente Madre!

¡Si se enseñara a todos los hombres desde pequeños a cumplir de esa manera los deberes cívicos!

Entonces habría paz, respeto y libertad verdadera… Y habría felicidad.

Suélenme a veces entrar deseos de transformar al mundo. De extirpar de raíz, todas las cosas vergonzosas e innobles que lo plagan. De enaltecer la verdad, la sabiduría y el bien.

(Me pregunto si será egoísmo este deseo de que todos miren por mis ojos)

Siento unas alas inmensas dentro de mí, impacientes por tender el vuelo.

Alas fuertes y blancas como jamás he visto…

Siento dentro de mí, un ímpetu de vida y de triunfo sobrehumanos. ¡Hay fuego de heroísmo en la sangre que corre por mis venas!...

A veces trocase el ideal en cosa tranquila y de silencio. Hácese más personal (tal vez más mezquino), pero más dulce. Me veo más pequeña. Me siento demasiado poca cosa, demasiado débil para realizar mis ideales de titán, me digo: ¿Para qué vivir para los demás, despreciar mis años mejores, si probablemente no agregaré ninguna joya valiosa en el tesoro de las sabidurías o los bienes humanos? Viviré, pues, para mí y para el círculo pequeño de seres que me rodean. No pretenderé tanto, pero habrá más amor en mi vida, y más felicidad. Y por eso estoy llena de zozobras, madre, por estas dos fuerzas contrarias que combaten en mi alma sin descanso…

…Y dentro de un año deberé elegir carrera universitaria…

Pero ahora, de repente quien sabe por qué inspiración, veo claro y recuerdo esas palabras tuyas:

“Reflexiona, hija mía; yo te educo para la superioridad, no para la igualdad. Y si me comprendes bien y me oyes, aun cuando mi espíritu haya vuelto al lugar de donde ha salido, tú procurarás estar por encima de todos. Por todos los medios a tu alcance, por sobre todo aquello que es común y ordinario. Que ninguno vaya delante de ti en lo justiciero, noble, generoso, valiente, leal y magnánimo…No te dejes poner el pie adelante. Ejerciendo la más estrecha disciplina, espiritual y físicamente, se hace aun cuando sea con fatiga, los caminos de las cumbres más empinadas. Te he dado toda mi vida, todo mi tiempo, y todo mi amor, para que tú seas mejor que yo y que tu padre, si es posible”.

Madre, ya se que camino seguir…

 

 

                                                                                                                                              Leonor Buffo Allende




sábado, 17 de septiembre de 2016

El Manuscrito de los Sueños


…Cuando mis ojos se cierran y mis pensamientos se zambullen en el profundo océano de la mente, me siento nadar hacia un interior infinito, despojándome de ideas que vienen a mi, surcando el espacio sideral de un universo desconocido, tanto como el propio ser. Soy todo lo que soy, lo que fui y lo que seré; puedo crear lo intangible, ver lo invisible y sentir lo abstracto, dándole forma, sentido, contenido”...

De esta manera define Guido Buffo su ingreso cada noche al mágico mundo existente entre la realidad y la ilusión, que nos permite, cuando le prestamos atención, realizar actos supremos. El hombre debe conocer tanto el mundo que transita como los sueños, con los cuales lo construye. Asimismo, será su persona el reflejo de su propia obra, energía materializada, y lo material, como la naturaleza, cumple su proceso.

“El manuscrito” supera lo intangible, describiendo los insondables misterios de los sueños: ciencia, historia, misticismo, física cuántica, el cerebro humano, viajes y sueños, algunos de estilo alegórico que no le dejarán indiferente.

Así describíamos el segundo libro, publicado en septiembre de 2009, hace siete años de este lanzamiento, el mágico número 7, aquí es donde nos tomamos la libertad de “entrevistar a Guido Buffo”…muchos lectores nos han transmitido el impacto que les han transmitido estas páginas.

“El Manuscrito de los sueños”, llegó a nuestras manos de igual manera que todo lo que rodea esta maravillosa tarea, somos un instrumento de difusión de su vida y de su obra.

Gracias a todos aquellos lectores que nos han permitido conocer lo que cada uno de nuestros libros publicados les ha inspirado.  
Un encuentro mágico con el universo onírico de Guido Buffo

domingo, 4 de septiembre de 2016

Arquitectura y Geometría en el Templo I



La mayoría de los pueblos antiguos han creado sus templos y espacios sagrados aplicando en forma meticulosa los números, la geometría y las proporciones correctas; incluso en la construcción de Catedrales en la edad media...


Deben además tener una determinada orientación, como en el caso que presentamos a continuación, y consideran al sol para ciertas fechas  determinadas, una de ellas en el Templo de la Transformación, diseñado por Guido Buffo, corresponde al día de fallecimiento de su hija Eleonora.


Todos los 6 de septiembre, el sol penetra por una de las luceras e ilumina justamente el rostro de su hija frente a una imagen modelada de la maternidad…

El sol penetra por la lucera...y se acerca...
Al las doce horas el sol ilumina el rostro de su hija...



domingo, 28 de agosto de 2016

Guido Buffo también inventor y patentando en EEUU

La pregunta surgió a partir de si existía una conexión entre Guido Buffo y los Estados Unidos de América. La primera es la relación que mantuvo con Albert Einstein debido a la intercesión de su amigo Leopoldo Lugones y posteriormente a la traducción y corrección de cartas que le hacía a José Alvarez López para enviárselas al reconocido físico.
Pero la sorpresa vino a nuestro encuentro. Fue en el año 1928, más precisamente un 7 de febrero cuando a Guido Buffo se le reconoce la patente número 1658426 en la Oficina de Patentes de los Estados Unidos como el inventor de lo que había presentado cuatro años antes, el 14 de junio de 1924.
Se trató de un invento para automóviles, para evitar pinchaduras de las ruedas de aquella época, cabe señalar que hacia los años veinte deja de utilizarse la tela tejida siendo sustituida por tejidos cableados sin trama. 
Una de las características negativas de aquellos años era el excesivo peso de las cubiertas lo que resultaba extenuante el recambio en caso de pinchadura.
En la Casa Museo de Unquillo se halla una matriz de este invento que resultó ser una mejoría sustancial ya que permitía continuar el viaje más allá de haber pinchado el neumático.
Cuando la cubierta de un automóvil se pinchaba era inútil para seguir viajando, lo que Buffo presentó son unidades independientes dentro de la cámara y que cuando una de ellas se pinchaba o era inutilizada, la rueda a pesar de estar dañada, no quedaba totalmente inutilizada gracias a las secciones o unidades independientes. Y este invento se aplicó a nivel internacional.
 
Ya por aquellos tiempos, Guido Buffo era reconocido en EEUU, más tarde, con su invento (KAP) y la detección de sismos mediante su sistemática con el Péndulo de Foucault, atraería aún más la atención desde el país del norte hacia su Estación tripendular de Villa Leonor, ya que les “auditaba” cada una de las pruebas atómicas realizadas en cualquier punto del mundo…pero esa es otra historia…La traducción completa del texto fue realizada por Oscar Paniagua y Kristina Eckel Paniagua. Amplia información en "Guido Buffo y el Templo de la Transformación".


sábado, 20 de agosto de 2016

La conexión Tiahuanaco


Guido Buffo se refiere a una conexión entre los pueblos americanos milenaria, basándose en el estudio del arte de estos pueblos. “Un arte que, por sus características, revela vínculos espirituales comunes a grupos étnicos separados por enormes distancias, pero unidos en una familia común que se extiende desde más al norte del trópico de Cáncer hasta más al sur del trópico de Capricornio; que comprueba la existencia de olas culturales que se habrían expandido del norte al sur y del sur al norte, a través del continente americano, corroboradas no sólo a través del arte popular, sino también a través del arte monumental. Lo cual significa que no se trata de un fenómeno circunstancial, sino de algo más permanente que refleja un estado de cultura del cual han participado jefes y pueblo. Es decir, algo que no es producto de lo fortuito, sino el trasunto de algo mejor y más orgánicamente establecido y por lo tanto provisto de la fuerza necesaria para lograr una sedimentación más duradera”.

Reseña comunicaciones entre pueblos americanos desde mesoamérica hasta el sur y viceversa, pero se mantuvo aún más en la convicción de una influencia suprema de la cultura ancestral de Tiahuanaco en tierras del norte, en el Valle de Tafí y sus menhires, como también en el centro de Argentina, en las etnias Henia y Camiare en referencia a sus sistemas similares de canalización para regadío. Estaba convencido que durante la época de la mal llamada colonización – mejor dicho genocidio nativo – se perdió un cuantioso tesoro arqueológico de la historia de nuestras tierras como consecuencia de la destrucción de bibliotecas líticas, templos, pirámides, menhires, y cuanta demostración artística desde vasijas hasta pequeños ídolos realizados por estas culturas, pero que desafortunadamente no eran de oro.

Y por no ser de oro y además atentar contra las “verdades” de la inquisición de aquellos años destruyeron todo a su paso; se los acusó de herejía – a los pueblos americanos (mayas, aztecas, incas, comechingones, mapuches, guaraníes, etc), - de adorar falsos dioses, incluso señalar que no eran humanos porque no tenían alma y asemejarlos con los animales, todas acusaciones falsas con la única intención de apoderarse de riquezas – oro, plata, piedras preciosas – y tierras. La corona española y la santa sede se dieron la mano para provocar esta pérdida irreparable en la historia…

Pero no sólo Buffo estaba por el buen camino, Salvador Debenedetti y Juan Ambrosetti también sostuvieron la conexión Tiahuanaco con pueblos nativos del norte y centro de nuestro país.

Un detalle…En un momento determinado del día, sobre la cúpula, el sol permite la aparición mediante la sombra de una media cruz andina, pero si se observa detenidamente, del lugar desde dónde se proyecta, la imagen es otra. Magia, alquimia, juego de luces y sombras…que el peregrino lo descubra, la conexión Tiahuanaco está en el Templo de la Transformación, sólo les ofrezco la punta del iceberg, lo demás va por cuenta propia. Hasta la próxima…

Encabezado carta inédita, correspondencia mantenida entre
el Director del Museo de Tihuanacu, Max Portugal y Guido Buffo.

Trópico de cancer y de capricornio según Google Maps







domingo, 14 de agosto de 2016

Guido Buffo y La matemática en la Naturaleza


“Alma que la naturaleza ha creado dentro de su propia Ley, única e igual para todos. De suerte que no es extraño que, entre los componentes de la sociedad humana en su relación con la Naturaleza, existe cierta identidad de gustos que permite a cada cual aceptar sin recelo, sin apasionamiento, con tolerancia, las diferencias de grado existentes en la apreciación de lo Bello Natural”.

“La sección dorada, permitiría determinar la proporción matemática y concreta del tamaño y la ubicación exacta”…

“Toda la naturaleza se ocupa de elaborar fuerzas cuya existencia depende del equilibrio más minuciosamente cuidado en todas sus partes”.    Guido Buffo

Todo en la Capilla tiene un orden simétrico que respeta la utilización de la llamada sección áurea o número dorado, dicha simetría ya sea helicoidal o en espiral están presentes y supo extraerlas de la Naturaleza.

Cada una de las creaciones tiene su propia esencia, cada fenómeno tiene un concepto separado, pero todo esa una sola unidad.

Si observamos en la Naturaleza hallaremos que todo sigue una determinada progresión, representada por un curioso sistema de números que se conocen como una serie sumatoria que se denomina la serie de Fibonacci. Se obtiene de sumar los dos elementos precedentes: 1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89,144,233,377,610,987,1597,2584,4181,6765….

Y la relación que resulta de dividir uno de estos números por el que lo precede arroja como resultado: 1,61803398887…el número de oro. (Amplia información en "Guido Buffo y el Templo de la Transformación")