La llave de la resonancia, el ritmo y la repetición...
Entre luz y sombra, en muro y altar,
una espiral dorada empieza a cantar.
Suma los pasos del monte en su andar:
tres, cinco, ocho, en ritmo sin par.
Sigue el pulso del viento, el Fa, Sol y La,
canta la clave, y el portal abrirá.
Mira al guerrero con espada en alto,
su escudo guarda el paso sagrado.
En su otra mano aferra el Graal,
lo tangible se une a lo espiritual.
lo tangible se une a lo espiritual.
Allí en el Templo, sin prisa ni ruido,
la frecuencia llama al alma, al latido.
(Extracto del nuevo libro de Gustavo Diaz)
