Fisonomía de la mujer que inspiró a Guido Buffo: Leonor Allende de Buffo
Publicado en el libro de
ella “El Misterio de Ur” por Guido Buffo:
«Leonor, no acostumbraba llevar joyas a pesar de apreciar su belleza
como así el valor sentimental de los recuerdos íntimos que representaban.
Tampoco ambicionaba vestidos de telas exclusivamente lujosas, procurando tan
sólo que los distinguiera un particular buen gusto y que concordaran bien con
su personalidad. La sencillez con que sabía ataviarse, daba a su esbelta figura
el clásico y elegante aspecto de una viviente Tanagra de proporciones naturales.
No ponía ninguna afectación en sus modales que eran discretísimos por
naturaleza. Y su aire de distinción completado por una clara inteligencia y un
natural recato que le daba un particular encanto
Le gustaba la política, pero sin actuar directamente en ella. Bastábale
observar los fenómenos sociales, la conducta de los hombres públicos y de los
Partidos, para extraer la esencia de cuanto lograba medir y juzgar por su
propio criterio y compararlo todo influenciada por las ideas filosóficas y
políticas de los más preclaros hombres de la antigüedad y modernos, de Oriente
y Occidente.
El producto de sus reflexiones solía comunicarlo con sincera franqueza
durante sus amigables pláticas espirituales, a los hombres que actuando en
política, consideraba dotados de condiciones que los hiciera acreedores de su
particular estima, siéndole indiferente el que pertenecieran a uno u otro
partido, pues lo único que la impulsaba era el ejercicio del bien por el bien
mismo.
Ella solía estar y conducirse por encima de todo prejuicio.
Pero no hacía concesión de ninguna índole en lo referente a la propia conducta.
No es extraño que alguno de sus contemporáneos que la hayan tratado
personalmente digan: «Era una gran compañera, sencilla, franca, liberalísima,
independiente»; y que otros digan a sí mismo: «Era reservada, altiva,
batalladora, difícil de tratar pues no concedía tregua en el análisis de hechos
y cosas que daban motivo a discusiones filosóficas, artísticas o políticas». Es
que era incapaz de pasar por alto las debilidades o los impulsos que no
respondieran a ideales y propósitos que no estuviesen muy por encima de toda
vulgaridad...
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